Varios territorios fronterizos han sido escenario de las hostilidades desde ayer con un saldo de 15 muertos y 46 heridos, según el Ministerio de Salud de Tailandia.
«Estamos seguros de que los dos países vecinos volverán inmediatamente a medios pacíficos para resolver sus diferencias de acuerdo con los principios consagrados en la Carta de la Asean y el Tratado de Amistad y Cooperación», afirmó la Cancillería mediante un comunicado publicado en la red social X.
Indonesia integra la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) junto a Tailandia, Camboya, Malasia, Singapur, Filipinas, Vietnam, Laos, Brunei y Myanmar.
El mensaje asegura que el gobierno indonesio está prestando mucha atención a la seguridad y el bienestar de los ciudadanos de su país en las zonas afectadas, de hecho los instó a mantener la calma y la vigilancia, así como permanecer informados a través de fuentes confiables.
De igual manera, hizo un llamado a seguir las instrucciones de las autoridades locales.
Tailandia y Camboya se acusaron mutuamente la víspera de iniciar una embestida, pues afirmaban que el contrario agredió primero.
Pocas horas después, la Fuerza Aérea tailandesa informó que sus aviones F-16 bombardearon dos posiciones militares camboyanas y, desde entonces, se han reportado ataques en al menos seis puntos distintos de las provincias fronterizas tailandesas de Surin, Ubon Ratchathani y Buriram, entre otras.
Al producirse el primer bombardeo, el Ministerio de Defensa de Camboya condenó enérgicamente la ofensiva, calificó el hecho de «brutal agresión militar» y advirtió que Phnom Penh se vería obligada a ejercer su derecho soberano y territorial frente a lo que describió como una invasión tailandesa.
Camboya elevó la disputa a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), a inicios de junio, y justificó el acto como un intento de brindar una solución pacífica basada en el derecho internacional, en tanto Bangkok abogaba por llegar a un acuerdo de forma bilateral, algo que incumplió al atacar con aviones F-16.
otf/msm





