Con su contagiosa música, bailes y el colorido de sus trajes, estos zanqueros son parte indisoluble de la atracción internacional de La Habana Vieja, que junto a su Sistema de Fortificaciones integra la Lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco.
Caminar en las alturas con un par de zancos es una experiencia única y divertida, es una habilidad poco común que trasciende los espectáculos de circo, con múltiples usos en la vida cotidiana, de ahí que se seleccionara un día, en este caso el 27 de julio, para festejar su día mundial.
Los zancos son pilares o postes largos fabricados en madera u otros materiales que son utilizados para dar movilidad, sosteniendo a una persona sobre ellos a una cierta altura del suelo, explica el texto.
Se emplean desde hace miles de años, pero difícilmente se pueda conocer con exactitud cuándo fueron introducidos en Cuba, recuerda la revista Opus Habana. Dado el protagonismo que adquirieron durante las fiestas del Día de Reyes (en los primeros días de enero), hay constancia de que ya eran utilizados en La Habana a mediados del siglo XIX.
Sin embargo, no hay por qué excluir la posibilidad de que se usaran con anterioridad a esas celebraciones afrocubanas, de las que no se conoce la fecha exacta de sus inicios, pero sería lógico suponer que comenzaran tras la fundación del primer cabildo de «nación», en 1598, amplia la publicación.
Lo cierto es que los zancos todavía hoy son parte del divertimento de niños y jóvenes en Cuba, donde lo mismo se usan en carreras de velocidad que son utilizados para atracción del público por grupos de teatro como Giganterías y los niños y niñas de La Colmenita.
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