García fue uno de los autores más prolíficos del país andino, con una obra que supera los 80 títulos en narrativa, poesía, ensayo y literatura infantil y juvenil.

Entre sus libros más conocidos figuran Leyendas del Ecuador, Abracadabra, Poesía Negra y Nanocuentos.

Nacido en Guayaquil en 1958, vivió gran parte de su vida en Quito y mantuvo un vínculo estrecho con la provincia de Esmeraldas, que él mismo decía haber «elegido como lugar de nacimiento».

Se formó en Sociología y Ciencias Políticas, y también en Psicología Transpersonal en Argentina.

Además de su labor literaria, tuvo una carrera pública como viceministro de Cultura, presidente del Consejo Nacional de Cultura y gerente del Plan Nacional de Lectura.

Su obra fue reconocida en Ecuador e Iberoamérica y la semana pasada recibió el Premio Iberoamericano Cervantes Chico, que le fue otorgado por su trayectoria en la literatura infantil.

Recibió, además, premios como el Darío Guevara Mayorga, el Ismael Pérez Pazmiño y la Bienal de Poesía de Cuenca, el Premio Pablo Neruda de poesía, el Premio Plural de cuento. Este domingo otros autores del país expresaron su pesar por la muerte de García.

«Edgar no se va, se queda en cada página que escribió, en cada lector que despertó, en cada joven que inspiró, en cada persona que sanó, en cada verdad que no calló. Gracias por enseñarnos que la palabra puede ser hogar, espada, puente y refugio», destacó un parte mortuorio publicado en la cuenta de Facebook del autor.

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