Al oficiar el lanzamiento del Mes Nacional, el mandatario defendió el apego a los derechos y el bienestar de las personas como un eje rector de las políticas y aseguró que el desarrollo económico sostenible no debe marginar al grupo de menores ingresos, sino proporcionar beneficios iguales a todos los segmentos de la sociedad.

“No desarrollemos mientras destruimos. Construimos edificios, industrias, tecnologías, zonas económicas… pero la gente está oprimida y abandonada. Esto no es verdadero desarrollo”, criticó el dirigente durante el acto que también marcó el inicio de una campaña para resaltar a la bandera nacional.

Malasia celebra en agosto su Mes Nacional a propósito del Día de la Independencia, como se reconoce al 31 de agosto desde que, en 1957, se firmó la Declaración independentista.

Los festejos comenzaron un poco antes en 2025 con el propósito de incentivar el orgullo patrio a lo largo del país asiático.

El primer ministro enfatizó que la independencia no es simplemente un símbolo histórico, sino que también conlleva la responsabilidad de garantizar que la riqueza de la nación se distribuya de manera justa y no beneficie sólo a la élite.

Anwar rechazó la posibilidad de cobrarle impuestos a los pobres y subrayó que estos debían exigírsele solo a los ricos y a las empresas que ganan millones.

De igual manera, destacó la importancia de una política fiscal justa, incluida la implementación de impuestos progresivos dirigidos a las personas con altos ingresos y a las grandes corporaciones con fines de lucro, en lugar de afectar a los pobres.

El jefe de Estado recomendó a las empresas racionalizar sus políticas de salario mínimo con las ganancias que obtienen.

Para explicar sus planteamientos, profundizó en el principio de equilibrio que se enfatiza en el Corán y abarca la justicia desde la perspectiva de la fe y el conocimiento, espiritual y físico.

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