En el último mensaje de su mandato, por el aniversario de la independencia, Boluarte llamó subversivos y traidores a la patria a quienes protestaron contra su ascenso al cargo como sucesora del detenido y encarcelado expresidente Pedro Castillo, en diciembre de 2022.
Se declaró víctima de intereses oscuros y de la violencia política y llamó golpistas a quienes rechazaron su acceso a la Presidencia con el apoyo de un bloque congresal derechista, que destituyó a Castillo. Diversos comentaristas criticaron ese discurso, pese a no simpatizar con las protestas de 2022, como Mónica Delta, quien, refiriéndose al insistente pedido de Boluarte de unidad en torno a su mandato, señaló que no por mucho repetir la palabra se logrará la unidad, pues no hay afinidad entre el Ejecutivo y la población.
Tal divorcio es tan evidente, dijo, que la presidenta no puede visitar el interior porque cuando llega a alguna población desata protestas en su contra.
Otro analista, Christian Hudtwalcker, consideró contradictorio que la mandataria llame a la unidad en el mensaje, tras haberlo iniciado con ataques y acusaciones contra su detractores.
Sobre las investigaciones de las que ha sido objeto por casos de presunta corrupción, omitió el tema de fondo e insistió en la confrontación que mantiene con los medios de prensa.
Sostuvo que en vez de gastar fondos estatales en publicidad de Estado para contrarrestar el golpe a su imagen, debería invertir en el bien de la población, que ha pagado las consecuencias, con lo cual insinuó que la prensa la inculpa por intereses comerciales.
“He sido blanco constante de críticas, amenazas de vacancia motivadas no necesariamente por hechos objetivos, sino por otro tipo de intereses”, afirmó contra sus opositores.
Boluarte negó las críticas que le señalan autoritarismo y por otra parte dijo que hubiera sido peor que Perú se sumiera en el caos y la inviabilidad, si ella no hubiera asumido la Presidencia.
También insistió en su desdén por las encuestas y dijo que cuenta con el apoyo del pueblo, aunque es frecuentemente rechazada cuando visita poblaciones del interior o en actos públicos en Lima.
Lo extenso del mensaje, en gran parte por una larga lista de obras y proyectos, puso a dormir a más de un congresista y ministro y diezmó el pleno parlamentario, muy concurrido al inicio y desolado al final, con menos de la cuarta parte de los 130 congresistas.
Entretanto, en zonas céntricas de Lima continuaban las marchas de grupos diversos de descontentos, como seguidores del expresidente Castillo que exigen su libertad y familiares de los 50 muertos en manifestaciones contra el ascenso de Boluarte al cargo de mandataria.
npg/mrs





