Rodrigues significó que el número de sospechosos de estar involucrados en los actos vandálicos y el robo en los comercios de la capital debe continuar creciendo en las próximas horas, teniendo en cuenta los trabajos investigativos que se realizan.

El portavoz comunicó la muerte de un oficial de policía en la provincia de Icolo y Bengo, quien resultó gravemente herido este martes en las acciones de control del orden público en ese territorio y terminó por fallecer en una institución hospitalaria.

Aseguró que la situación de seguridad en Luanda es estable y agregó que los hechos acaecidos durante esta jornada fueron “reprimidos de forma contundente”, además de que también fueron controlados los focos que se suscitaron en las provincias de Huambo e Icolo y Bengo.

Rodrigues insistió en el llamado a mantener la paz y el orden, pero precisó que las medidas de seguridad adoptadas por la PNA continuarán mañana, teniendo en cuenta que la huelga de transportes que sirvió de pretexto para los actos de desorden público y pillaje estaba prevista para tres días.

Comentó que hasta el momento el modus operandi de los infractores de la ley ha sido la colocación de barricadas para interrumpir el tránsito y luego el saqueo de los comercios, por lo que las fuerzas del orden reforzarán las medidas de seguridad durante la noche.

En nombre de la PNA trasmitió condolencias a la familia del oficial fallecido y en el del Ministerio del Interior expresó un reconocimiento a todos los integrantes de las fuerzas del orden involucrados en la reposición de la seguridad y la tranquilidad ciudadana.

Hasta el momento se reportaron cuatro personas muertas en los disturbios que afectan la capital desde ayer, en los cuales también resultaron perjudicados unos 45 comercios, además de agencias bancarias, carros particulares y autobuses.

Los actos violentos de estos días iniciaron tras un fallido intento de huelga de transporte en protesta por el incremento de los precios del diésel y del pasaje. La paralización estaba convocada para los días 28, 29 y 30 de julio, pero no solo falló la organización, sino que derivó en acciones coercitivas contra los transportistas que salieron a prestar servicios y en el pretexto para el asalto a comercios y otras acciones vandálicas.

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