Política climática de Trump en reversa

Washington, 29 jul (Prensa Latina) El Gobierno de Donald Trump propuso hoy revocar la conclusión científica establecida en 2009 por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) sobre las amenazas de los gases de efecto invernadero para la salud y el bienestar humano.

Este es, sin dudas, el intento más audaz de Trump hasta la fecha por desmantelar las restricciones federales sobre los combustibles fósiles, y la medida podría provocar futuras controversias y litigios.

Y sí, sería el esfuerzo más directo de Trump para hacer más difícil para un sustituto imponer nuevas reglas, advierten observadores.

«De concretarse, el anuncio de hoy constituiría la mayor medida desregulatoria en la historia de Estados Unidos», señaló el director de la EPA, Lee Zeldin.

Tras un fallo de la Corte Suprema, la EPA dictaminó durante el primer mandato de Barack Obama que los gases de efecto invernadero son peligrosos para la salud pública y, por lo tanto, podía regular sus emisiones bajo una normativa de 1970, la Ley de Aire Limpio.

Fue entonces que se enunció la denominada Declaración de peligro de 2009, que constituye la base legal de muchas regulaciones federales para combatir el cambio climático.

Sin embargo, Trump, un defensor de los combustibles fósiles y escéptico del calentamiento global (recuérdese que sacó a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París), dictó un nuevo rumbo a estas políticas desde su regreso a la Casa Blanca, el pasado 20 de enero.

Pero, el anuncio de este martes todavía debe pasar por una fase de consulta pública de 45 días.

Para Zeldin, la actual agencia que dirige llegó en 2009 a conclusiones apresuradas, sobre las que existe un gran consenso científico, aunque según él causaron daños importantes a la economía de Estados Unidos.

«Los conservadores aman el medio ambiente, quieren ser buenos administradores del medio ambiente», pero «hay personas que (…) están dispuestas a llevar al país a la bancarrota en nombre de la justicia ambiental», afirmó el funcionario en Ruthless, un podcast de derecha.

En esta nación de Norteamérica el sector del transporte es la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, por el uso a gran escala de los automóviles en la vida cotidiana.

Lo dispuesto por el Gobierno de Trump también afectará las normas sobre las emisiones de las centrales de gas y carbón en un país, donde casi el 60 por ciento de la electricidad proviene de los combustibles fósiles.

En su discurso de toma de posesión en el Capitolio, hace poco más de seis meses, Trump dijo «declararé una emergencia energética nacional y vamos a perforar, perforar, perforar».

El republicano prometió que Estados Unidos volverá a ser una «nación manufacturera» y que producirá «la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país del mundo».

Además, explicó que terminaría con los contratos de arrendamiento para grandes parques eólicos.

Trump retiró por primera vez a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París en su primer mandato (2017-2021), una decisión que revirtió Joe Biden tras su entrada en la mansión ejecutiva, en enero de 2021.

npg/dfm

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