La jueza Sandra Heredia, determinó que Uribe orquestó un «plan criminal» para manipular testimonios y perjudicar al senador Iván Cepeda, su rival político.
La magistrada concluyó que el expresidente instigó a su abogado, Diego Cadena, para reclutar ex
paramilitares que falsearan declaraciones contra Cepeda, con el objetivo de desacreditar las acusaciones que lo vinculaban a Uribe con fuerzas ilegales.
Durante el juicio se mostraron grabaciones telefónicas en las que Uribe autorizó a Cadena a ofrecer beneficios a testigos, y acciones que fueron registradas por cámaras de seguridad, así como testimonios y documentación que confirmaron transferencias de dinero por parte del abogado.
– Reacciones y consecuencias.
La defensa anunció una apelación, acusó al fallo de «persecución política» y sectores aliados al expresidente insisten en una narrativa de uso manipulado de la justicia.
Por su parte, Iván Cepeda calificó la decisión como un «paso hacia la verdad», aunque evitó triunfalismos.
Desde el gobierno, el propio presidente Gustavo Petro reaccionó ante cuestionamientos del secretario de estado estadounidense Marco Rubio, quien afirmó que el fallo condenatorio contra Uribe obedeció a una «instrumentalización del poder judicial».
«Una intromisión en los asuntos internos de otro país, es una intromisión a la soberanía», apuntó Pedro en sus redes digitales, y ratificó que los jueces de Colombia deben ser respetados por el mundo.
La canciller Yolanda Villavicencio también rechazó los dichos de Rubio y los calificó como desconocimiento de la independencia judicial colombiana.
Luego del dictamen, el Tribunal Superior de Bogotá tendrá la última palabra antes del 15 de octubre, y si se confirma la condena, Uribe enfrentaría prisión domiciliaria, pero el impacto político ya es irreversible y el fallo incrementa los vapores hacia las elecciones de 2026.
Este es el primer fallo penal contra un expresidente en Colombia, que se inició en 2018 cuando la Corte Suprema pasó de investigar a Cepeda por supuesta manipulación, a enfocarse en Uribe. – Impacto del veredicto en la derecha colombiana.
La condena al expresidente Álvaro Uribe por manipulación de testigos es interpretado en círculos políticos locales como un cimbronazo judicial y político, y analistas y medios coinciden en que el fallo debilitará temporalmente el liderazgo simbólico de Uribe, pero también podría reconfigurar las alianzas de cara a las elecciones de 2026.
Uribe fue el gran articulador de la derecha colombiana durante dos décadas, por lo que la condena mancha su imagen de «hombre fuerte» y debilita su capacidad de movilización, según el analista del Centro de Pensamiento AlaOrilla, Juan Carlos Palou.
A lo interno del partido Centro Democrático que lidera Uribe, se pronostica que el núcleo básico mantendrá su lealtad, pero se especula que algunos sectores, pudieran distanciarse para no cargar con el estigma penal.
Otros observadores evalúan el momento como una oportunidad para nuevos liderazgos, en particular el de Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial, aunque Laura Gil, analista política en La Silla Vacía, considera que «el apellido ya no es suficiente; la derecha necesita un proyecto renovado, no solo un relevo generacional».
Otras figuras emergentes como Federico Gutiérrez, buscan posicionarse como alternativa al liderazgo, pero su cercanía al uribismo lo hace vulnerable, según Gil.
A horas del veredicto, ya Uribe y sus seguidores replican el discurso del uso político de la justicia, similar al de Bolsonaro en Brasil o Donald Trump en Estados Unidos, lo cual pudiera ayudar a movilizar la base de apoyo más dura, pero también a su vez, ahuyentar a votantes moderados.
El periodista de «Semana», Daniel Coronell advierte que «el uribismo puede optar por el conflicto institucional, deslegitimando tribunales y promoviendo protestas».
A corto plazo, el gobierno celebra un fallo que debilita a su principal opositor. Sin embargo, según el analista Jorge Restrepo, «si la derecha se reorganiza con un mensaje anti-Petro más que pro-Uribe, podría recuperar terreno».
Por su parte, medios como El Espectador destacan que partidos tradicionales pueden intentar formar un frente amplio anti-Petro, dejando al partido uribista un rol de segunda fila.
El dictamen en conclusión deja un escenario pesimista para el uribismo, y si se confirma la condena por el Tribunal Superior de Bogotá, Uribe quedará fuera de la contienda electoral y su partido pudiera tener una clara crisis de apoyo.
Si la derecha logra desvincularse del uribismo sin traicionarlo, puede construir una alternativa viable en 2026, pues como expresa el analista de Colombia Risk Analysis, Sergio Guzmán, «la condena a Uribe no mata a la derecha, pero la obliga a reinventarse».
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