Mientras el ministro de Defensa de Camboya, Tea Seiha, asegura que su país cumplió con la tregua, el ejército tailandés informó de intercambios de disparos hasta hace unas horas, en la provincia tailandesa de Sisaket.
Luego, comunicó que una reunión de los comandantes militares a lo largo de la frontera de ambos lados resultó en la detención de los combates.
Según el portavoz del ejército tailandés, el general de división Winthai Suvaree, los jefes castrenses convinieron detener los movimientos de tropas, evitar la escalada y establecer equipos de coordinación para los próximos días, hasta el 4 de agosto, cuando está prevista una reunión del comité transfronterizo en Camboya.
El primer ministro, Hun Manet, negó las acusaciones, una vez más, y tildó las declaraciones de la parte contraria de engañosas y falsas, con la intención de distorsionar los hechos y amenazar peligrosamente la frágil confianza y el diálogo esenciales para una paz duradera.
“En ningún momento las Fuerzas Armadas camboyanas han participado en acciones que puedan interpretarse como una violación del alto el fuego acordado”, aseveró el gobernante en un comunicado difundido en su cuenta de la red social X.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Tailandia insistió en que fuerzas camboyanas atacaron posiciones tailandesas con armas pequeñas y granadas, y sostuvo que los militares de su país respondieron en legítima defensa.
El portavoz de Exteriores tailandés, Nikorndej Balankura, reportó la captura de 18 soldados camboyanos que se rindieron durante la embestida y habló de dos muertos en combate cuyos cuerpos serán repatriados.
Camboya y Tailandia acordaron un alto el fuego a partir del 29 de julio, tras varios días de enfrentamientos que dejaron al menos 43 muertos a ambos lados, por la reactivación de una antigua disputa fronteriza.
La actual etapa de confrontaciones comenzó el 24 de julio, con acusaciones mutuas de haber dado el primer disparo, y ha cobrado la vida de algunos civiles, además de causar decenas de heridos y el desplazamiento de casi 300 mil personas.
El pleito combina elementos históricos no resueltos, pues la frontera fue cartografiada por Francia en 1907 (época colonial), pero sigue teniendo varios puntos sin demarcar, que han propiciado enfrentamientos a lo largo de los años.
Camboya elevó el pleito territorial a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), a inicios de junio, y justificó el acto como un intento de brindar una solución pacífica basada en el derecho internacional, en tanto Bangkok abogaba por llegar a un acuerdo de forma bilateral.
Numerosas naciones y organismos internacionales instaron, por estos días, a los gobiernos en pugna a resolver la cuestión a través del diálogo.
Camboya y Tailandia continúan describiendo realidades particulares distintas.
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