La joven prodigio de 18 años, recordista mundial de la prueba y triple campeona olímpica, volvió a imponer su ley al vencer, tal como en París 2024, a la estadounidense Regan Smith, quien se colgó la medalla de plata con un crono de 2:04:99.
El bronce fue para la australiana Elizabeth Dekkers (2:06:12), dueña del mejor crono en semifinales, pero incapaz de sostener el ritmo infernal de sus rivales en los metros finales.
Con esta victoria, McIntosh alcanza su tercer título en esta justa tras reinar previamente en los 400 metros libres y los 200 combinados, acercándose con firmeza a su ambicioso objetivo de conquistar cinco oros individuales, una hazaña solo lograda por el legendario Michael Phelps en Melbourne 2007.
La canadiense es el símbolo de una nueva era en la natación, y no parece dispuesta a ceder ni una brazada en su implacable camino hacia la historia.
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