El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados afirmó en un comunicado que el gobierno israelí trabaja para frustrar el consenso internacional sobre la necesidad de implementar la solución de dos Estados.

También alertó sobre el aumento de los ataques de los colonos judíos contra la población en la Ribera Occidental, incluida Jerusalén oriental.

El texto denunció las marchas de los extremistas judíos en la Ciudad Vieja de esa urbe, encabezadas por el titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, conocido por sus posturas ultraderechistas y antiárabes.

La incursión de Ben Gvir esta mañana confirma que “los planes coloniales racistas a los que está siendo sometido nuestro pueblo se inscriben en el marco de una política gubernamental oficial destinada a liquidar la causa palestina”, estimó la Cancillería.

Ante esa situación, llamó a la comunidad internacional, y en especial al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a asumir sus responsabilidades jurídicas y morales para poner fin a esos crímenes. El Departamento de Dotaciones Islámicas de Jerusalén informó que unos mil 250 colonos, encabezados por Ben Gvir, irrumpieron este domingo en el complejo religioso.

El sitio sagrado es venerado tanto por musulmanes, que lo llaman Noble Santuario, como por judíos, que lo conocen como el Monte del Templo.

Para los primeros porque en su interior está la Mezquita de Al Aqsa, mientras para los segundos porque allí se construyeron sus dos templos bíblicos.

La explanada de las Mezquitas forma parte de la Ciudad Vieja, ubicada en la parte oriental de la metrópoli, ocupada por el ejército de Israel durante la guerra de 1967.

Según los acuerdos alcanzados hace décadas, a los judíos solo se les permite visitar el complejo, con numerosas condiciones, pero no rezar.

Esa comunidad realiza sus plegarias en el muro occidental, conocido como Muro de los Lamentos o de las Lamentaciones, que constituye una barrera exterior de la Explanada y representa el único vestigio del segundo templo bíblico, construido por el rey Herodes.

Ben Gvir visitó el lugar en numerosas ocasiones acompañado por colonos y miembros de la ultraderecha israelí.

En el pasado, el político fue acusado más de 50 veces y condenado ocho por disturbios, vandalismo e incitación al racismo, y cuenta con una larga lista de acciones provocativas contra los palestinos.

Antes de convertirse en parlamentario, durante años mantuvo en la sala de su casa una foto de Baruch Goldstein, quien asesinó a 29 palestinos en la llamada Cueva de los Patriarcas en 1994.

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