Aoun reiteró su llamado a las autoridades para que lleven ante la justicia a todos los responsables del crimen, sin importar sus cargos o afiliaciones.
Durante un encuentro con familiares de las víctimas, el mandatario subrayó que “la justicia nunca morirá y la rendición de cuentas llegará inevitablemente”.
El jefe de Estado recordó que aquel 4 de agosto de 2020, la explosión cobró la vida de más de 200 personas, hirió a miles y destruyó barrios enteros de la capital.
Cinco años después, el presidente de la República libanesa aseguró que exigir responsabilidades es una prioridad de su gobierno y advirtió que nadie implicado en el crimen escapará al castigo, incluyendo a quienes incurrieron en negligencia o corrupción.
Al mismo tiempo, destacó que las instituciones del Estado trabajan con todos los medios disponibles para garantizar que las investigaciones se desarrollen con transparencia e integridad.
En la ocasión, elogió la solidaridad del pueblo libanés durante los momentos más críticos tras la tragedia, cuando ciudadanos se unieron para rescatar heridos, retirar escombros y auxiliar a los damnificados.
La explosión ocurrió tras la ignición de más de dos mil toneladas de nitrato de amonio mal almacenadas durante seis años en el puerto de Beirut.
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