Con días de antelación había denunciado la corrupción de un integrante del gobierno de turno del país. Al ser enfrentado por él y no poder ofrecer de forma fehaciente las pruebas inculpatorias necesarias decidió, como una forma de reafirmar su inclaudicable denuncia, atentar contra su vida en plena alocución. Falleció once días después y su sepelio fue uno de los más concurridos que recuerda La Habana.
Chibás fue una figura excepcional del entorno político de su época. Desde muy joven se vinculó a las luchas contra la tiranía y en 1938 ingresó al Partido Auténtico, donde hizo sentir su insobornable voz.
En 1947 fundó el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) para combatir la desvergüenza y la corrupción existente en el país. Su ejemplo de honestidad inspiró a los jóvenes e impulsó a varias generaciones a continuar la lucha.
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