El índice fue menor al 1,4 por ciento registrado en junio y al 4,4 por ciento de julio del año pasado, y quedó dentro del rango estimado por el banco central (0,5-1,3 por ciento).
Según la PSA, la desaceleración se debió principalmente a un menor aumento en los precios de vivienda, agua, electricidad y gas, que subieron solo 2,1 por ciento frente al 3,2 por ciento de junio.
También influyó la caída en el índice de alimentos y bebidas no alcohólicas, que descendió 0,2 por ciento, tras un incremento del 0,4 por ciento el mes anterior.
Por otra parte, el transporte mostró una contracción interanual de 2,0 por ciento, superior a la baja del 1,6 por ciento de junio.
La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, subió levemente a 2,3 por ciento, pero se mantuvo dentro de la meta del banco central, que es de entre 2,0 y 4,0 por ciento.
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