En medio de divisiones internas y presión extranjera, el titular manifestó que la implementación de todas las disposiciones del documento de Washington depende de que cada país cumpla con sus respectivos compromisos.
Tras el fin de la sesión gubernamental, Morcos comentó que los ministros que abandonaron la convocatoria siguen comprometidos con la declaración del gobierno sobre el control exclusivo de las armas en manos del Estado libanés.
En la jornada, los representantes del movimiento Amal y de la Resistencia de Líbano (Hizbulah), así como el ministro Fadi Makki se negaron a abordar el documento estadounidense antes de corregir el desarrollo de la sesión anterior.
Según reportes de prensa, el primer ministro Nawaf Salam insistió en discutir la propuesta del enviado estadounidense Thomas Barrack, solicitud rechazada por los ministros del dúo chiita.
Previo al debate, el titular de Trabajo, Mohammad Haidar, pidió consenso para no discutir el desarme de la Resistencia antes de la retirada de Israel, la liberación de los prisioneros libaneses, el cese de los ataques y el inicio de la reconstrucción.
Haidar reclamó una postura unificada y digna que presione al enemigo, no al pueblo.
En este punto, ratificó su apoyo al Estado y al ejército, pero advirtió que es inaceptable desarmar a la Resistencia, mientras las familias del sur la ven como su única protección.
A propósito de la sesión del gabinete, el bloque parlamentario Lealtad a la Resistencia rechazó las imposiciones externas y el sometimiento a las presiones estadounidenses.
En un encuentro, encabezado por el diputado Mohammad Raad, los representante de Hizbulah en el legislativo enfatizaron que la prisa sospechosa e ilógica del gobierno libanés y de su primer ministro por adoptar las demandas de Washington constituye una clara violación del pacto nacional.
Mediante un comunicado, Lealtad a la Resistencia indicó que adoptar las demandas estadounidenses socava los fundamentos del Acuerdo de Taif, que garantiza el derecho de Líbano a defenderse.
Al mismo tiempo, puntualizaron que los intentos desesperados de atacar las armas de la Resistencia libanesa representan un servicio gratuito al enemigo israelí.
Hace dos días, el gobierno decidió encargar al ejército la elaboración de un plan de implementación para el control de armas antes de fin de año y presentarlo al Consejo de Ministros para su discusión a más tardar el 31 de agosto.
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