Al pasar revista a la situación socioeconómica del país en ese periodo, el jefe de Gobierno añadió que el déficit del presupuesto estatal, la deuda pública y gubernamental, así como el déficit presupuestario están bien controlados.
Además, se promueve el crecimiento y los tres principales sectores: agricultura, industria y servicios, se desarrollan positivamente, señaló Minh Chinh en la reunión ordinaria del Ejecutivo, en la cual se analizarán también el desembolso de capital de inversión pública y tres programas de objetivos nacionales.
Minh Chin añadió que en la etapa que se evalúa se prestó atención a los ámbitos cultural y social, se garantizó la seguridad social, mejoró la vida material y espiritual de las personas, y se consolidaron la defensa nacional, la seguridad, el orden social y la seguridad.
Sin embargo, reseñó el portal electrónico del Gobierno, Minh Chinh advirtió que la economía aún tiene limitaciones, deficiencias y grandes dificultades y desafíos, lo que requiere una adaptación proactiva, flexible y efectiva cuando la situación mundial es complicada.
La presión sobre la gestión macroeconómica interna está bajo gran presión, especialmente en términos de tipos de cambio, inflación y aranceles, los nuevos motores de crecimiento aún no son fuertes y las instituciones, leyes y procedimientos administrativos resultan engorrosos y complicados, enumeró.
Dijo además que la vida de una parte de la población, especialmente los pobres, las personas que viven en zonas fronterizas e islas, sigue siendo difícil, y los desastres naturales, tormentas, inundaciones y epidemias son complicadas, especialmente la peste porcina africana.
El jefe de Gobierno emitió ayer un Despacho Oficial, en el cual ratificó la determinación de aspirar a una tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de entre 8,3 y 8,5 por ciento, lograr que el índice de precios al consumidor (IPC) promedio sea inferior a 4,5 por ciento, y a la mejora continua de la vida material y espiritual de la población.
Para alcanzar estos objetivos, subrayó, es necesario contar con soluciones específicas y viables para aumentar los recursos destinados a la producción y las actividades empresariales.
En ese sentido, orientó elaborar con urgencia un plan de gestión de la política monetaria para los últimos meses de 2025 y 2026, e implementar una política fiscal expansiva, razonable, focalizada y coordinada de forma estrecha, armoniosa y eficaz con otras políticas macroeconómicas.
También diversificar los recursos para el desarrollo económico, buscar soluciones que promuevan aún más la inversión pública, lograr un uso efectivo del capital de inversión extranjera y desarrollar los mercados de capitales, valores y bonos corporativos para satisfacer necesidades de capital de la economía a mediano y largo plazos.
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