De acuerdo con el parte castrense publicado este domingo en su canal oficial de Telegram, fueron abatidos 29 vehículos aéreos no tripulados sobre la región de Krasnodar; 15 sobre la península de Crimea; 13 en Briansk; 12 en Bélgorod; nueve en Voronezh; ocho en Saratov, e igual número sobre Stravropol.
La nota añade que otros siete drones fueron derribados sobre la regirón de Kaluga; seis sobre Tula; cinco en Rostov; cuatro en Riazán; dos sobre las aguas de mar de Azov, y uno per cápita en los territorios de Smolensk, Oriol y Tver.
Por su parte, la agencia nacional del transporte aéreo, Rosaviatsia, informó con anterioridad de cierres provisionales de los aeropuertos de Vladikavkaz, Grozni, Kaluga, Magás y Sarátov en la última jornada, por motivos de seguridad.
El gobernador de la región de Sarátov, Román Busarguín, comunicó que la caída de fragmentos de un dron en el patio de un edificio residencial causó varios heridos y una víctima mortal.
Desde el inicio de la operación militar especial el 24 de febrero de 2024, los ataques con drones lanzados desde Ucrania contra objetivos militares y civiles en la retaguardia rusa se han convertido desde entonces en una práctica habitual.
Los territorios rusos limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, así como la península de Crimea, denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera, que obligan a la población a buscar refugio en otros lugares.
Durante los últimos meses, Ucrania centró sus ataques con drones en refinerías, depósitos de combustible y otras instalaciones de la industria petrolera de Rusia, principalmente en las provincias fronterizas, pero también en zonas más remotas como Nizhni Nóvgorod, Baskortostán o Tatarstán.
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