Un reportaje sobre el caso del programa Cuarto Poder, difundido anoche y repetido reiteradamente a lo largo del día por la televisora Canal N, reproduce una y otra vez la entrevista a Ricardo Quintana, quien logró contactarse desde la prisión levantada en medio de una ciénaga en la que hay cocodrilos y serpientes, en el estado de Florida.
“Las condiciones de vida son inhumanas, no se las deseo a nadie. Estás enjaulado casi todo el tiempo y la gente se vuelve loca, se estressa”, daclaró en una llamada telefónica que logró hacer al programa de televisión.
“Nos levantan a las 05:30 para desayunar en diez minutos y si pasado ese tiempre te quedaba algo y quieres llevarlo para comerlo en tu celda, te lo quitan y lo tiran a la basura”, dijo y agregó que a los presos les dan como almuerzo un emparedado congelado.
Relató que estaba encerrado en una jaula de 13 por nueve metros junto a 38 personas, que en su mayoría no cometieron delitos, mezclados con gente que cumplieron penas por delitos diversos.
Su peor experiencia, relató, fue permanecer largas horas esposado de pies, manos y encadenado al piso, con mucho frío.
Quintana, quien llegó a Estados Unidos en 2021 y pidió asiló político por razones que no precisó, y creía que su situación se encaminaba en un tribunal que debía decidir si le otorgaba el asilo, pero eso no importa para el régimen de Donald Trumpo.
Lo supo cuando sin preocupaciones asistió al tribunal a continuar el procedimiento y, a su salida, fue interceptado en agentes migratorios que lo detuvieron y encarcelaron.
“Pasé por cuatro cárceles y nunca robé a nadie ni estafé a nadie”, dijo y señaló que solo cometió una infracción cuando se puso a vender ceviche, plato emblema de su país, lo que dio por solucionado al pagar una fianza de 150 dílares, pero la falta fue invocada para encerrarlo.
El periodista peruano declaró, también, que le dijeron que podría regularizar su permanencia en Estados Unidos pagando una fianza y con ayuda de un abogado, pero no tiene dinero, por lo que está pensando tomar la opción de la denominada deportación voluntaria.
La narradora del reportaje comentó que el “sueño americano” tan publicitado se ha convertiro en una verdadera pesadilla.
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