Esta debería ser el último encuentro antes del anuncio oficial de las medidas.

La cita con Lula está programada inicialmente para las 17:00, hora local, pero los ministros tendrán una reunión previa con el jefe de Gabinete, Rui Costa.

Según la televisora CNN Brasil, se espera que los anuncios se hagan oficiales a más tardar mañana.

Las agendas finales sobre el plan de contingencia llevaron al vicepresidente y ministro de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, Geraldo Alckmin, a cancelar sus compromisos programados para este lunes en Sao Paulo.

Además de Alckmin, los ministros que participaron en las pláticas para definir los detalles del proyecto son Costa, Fernando Haddad (Hacienda), Gleisi Hoffmann (Secretaría de Relaciones Institucionales), Sidônio Palmeira (secretario de Comunicación Social) y Jorge Messias (Procuraduría General de la República).

Los ajustes finales a la iniciativa del Gobierno se realizaron la semana pasada.

De acuerdo con miembros del equipo económico del Ejecutivo, el plan que se presentará está «hecho a medida», con diferentes acciones para múltiples sectores y perfiles de empresas.

El grupo incluirá disposiciones de mitigación a corto, mediano y largo plazo, según estos funcionarios.

Además, debería incluir líneas de crédito para los sectores afectados y la expansión de las compras gubernamentales, lo cual permitirá a los organismos públicos absorber los bienes que ya no se exportarán.

Cálculos del Gobierno revelan que los aranceles del 50 por ciento afectarán a aproximadamente un tercio de las empresas que venden a Estados Unidos.

La medida del mandatario estadounidense, Donald Trump, excluye 694 productos, pero afecta significativamente a exportaciones clave como la carne de res, el café y el cacao.

El republicano justificó el arancel como una respuesta a supuestos ataques de Brasil contra la libertad de expresión y al trato dado al exmandatario Jair Bolsonaro, acusado de golpista.

Pese a la gravedad de la situación, Lula mantiene un tono firme y diplomático.

Brasil presentó una demanda formal ante la Organización Mundial del Comercio.

También Lula fue enfático en su rechazo a injerencias externas. «Dar consejos sobre asuntos de otros países viola la soberanía», afirmó. Subrayó que, aunque prefiere la vía diplomática, no cederá ante presiones ni amenazas.

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