Según la Chaîne Météo, una veintena de valores absolutos quedaron atrás en la jornada, la cual comenzó con 53 de los 96 territorios de la Francia metropolitana bajo vigilancia por la canícula, 12 colocados en la alerta roja, el máximo nivel en suelo galo.

Los termómetros también subieron hasta niveles sin precedentes en Burdeos (41,5), una de las principales ciudades del país, Cognac (41,6), Bergerac (41,4) y Saint Girons (39,7).

En algunas zonas la sensación térmica escaló hasta los 44 y 45 grados Celsius.

Para mañana, de momento serán 63 los departamentos en vigilancia, 16 de ellos en la roja.

En Francia cada ola de calor genera preocupaciones y evoca el triste recuerdo de la sufrida en 2003, cuando las víctimas fatales ascendieron a 15 mil.

Las autoridades llamaron a las personas a mantenerse hidratadas, a evitar el ejercicio físico, el café y el alcohol y a atender a los más vulnerables.

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