En el Centro Acuático Olímpico, donde el agua parece obedecerles, los brasileños se lanzan a nuevas victorias tras acumular 16 oros en 24 pruebas, además de siete platas y tres bronces.
Stephanie Balduccini, con cinco oros en estos juegos, lidera los 50 metros libres con un imponente tiempo de 25.24 segundos, que pone nerviosas a sus rivales; junto a ella, Beatriz Bezerra, dueña de tres títulos, llega con 25.31, la segunda mejor marca.
Entre los hombres, Guilherme Caribe —cuatro medallas doradas— destaca con un fulminante 21.46 segundos, el mejor tiempo entre sus competidores, mientras que Pedro Sansone, doble campeón, busca dar la sorpresa.
En los 400 metros combinados femeninos, Agatha Amaral, con un oro en su haber, llega con 4:49.58 minutos (segunda mejor marca), acompañada por Leticia de Paula, también campeona en esta justa.
Por su parte, en la rama masculina, Guilherme Gustavo presenta 4:22.10 minutos, pero todas las miradas están puestas en Stephan Steverink, triple campeón y poseedor del mejor registro (4:14.97).
El relevo femenino 4×200 libres, con 7:52.51 minutos —el mejor tiempo previo—, completa una jornada en la que Brasil también afila sus armas en el tatami del Estadio CEO.
Allí, la prueba por equipos mixto cerrará el judo, disciplina en la que ya han dominado con 11 oros de 14 posibles, una plata y dos bronces.
Con un total de 36 oros, superando por 25 a Estados Unidos, su más cercano rival, Brasil está a un paso de escribir una nueva página dorada que quedará grabada en la historia de estos juegos, demostrando que su corona es indiscutible y difícil de arrebatar.
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