Aunque ambas naciones implementan un acuerdo de alto el fuego, la entidad reconoció que el transporte de ciertos productos tailandeses se ha visto interrumpido y las cadenas de suministro hacia Camboya se ralentizaron significativamente o están detenidas.
Tal situación genera nuevas oportunidades de mercado para las empresas malasias, asegura la asociación en un comunicado.
“Camboya experimenta en la actualidad escasez de ciertos bienes de consumo, productos alimenticios y materias primas industriales, y Malasia tiene claras ventajas en términos de calidad, precios y estabilidad del suministro”, declaró.
Según el presidente de la entidad económica, Ricky Yaw, a pesar del conflicto latente, los fundamentos del mercado de Camboya siguen siendo sólidos con un potencial de crecimiento prometedor.
“Las empresas malasias, con sus cadenas de suministro flexibles, amplia cobertura industrial y capacidades de respuesta rápida, están bien posicionadas para aprovechar esta ventana de oportunidad y obtener una ventaja competitiva en el mercado regional”, aseveró.
El funcionario instó a las empresas y empresarios de Malasia a evaluar con celeridad el mercado camboyano y adoptar medidas proactivas como ofrecer suministros alternativos y llenar los vacíos del mercado.
La disputa entre Tailandia y Camboya combina elementos históricos no resueltos pues la frontera fue cartografiada por Francia en 1907 (época colonial) pero sigue teniendo varios puntos sin demarcar, que han propiciado enfrentamientos a lo largo de los años.
La actual etapa de confrontaciones empezó el 24 de julio, con acusaciones mutuas de haber dado el primer disparo, y cobró la vida de 43 personas a ambos lados, entre ellos, varios civiles, además de causar decenas de heridos y el desplazamiento de casi 300 mil personas.
Después cinco días de combates, representantes de los gobiernos contendientes acordaron un alto el fuego en reunión efectuada en Malasia, el 28 de julio, pero la frontera continúa cerrada sin fecha precisa de retorno a la normalidad.
oda /msm
