«Su ejemplo guía a las nuevas generaciones», destacó Alisa María Delgado, testigo de la inauguración del centro de educación preuniversitario en 1976.
El acto recordó su histórica frase del 26 de julio de 1989 en la inauguración de la propia Plaza de la Revolución: «Cuba seguirá resistiendo», hoy símbolo de la firmeza revolucionaria.

Recién graduados de Historia, de la Universidad de Camagüey compartieron anécdotas de su vida militar, como su participación en Cayo Confite a los 21 años, demostrando su temprano compromiso con la lucha por la justicia.
La Plaza de la Revolución, inaugurada por Fidel, fue testigo en 2016 de la emotiva despedida del pueblo camagüeyano. El Salón Jimaguayú, donde se le rindió tributo, conserva documentos y testimonios de su estrecho vínculo con la provincia.
En el ámbito de la salud, el Hospital Amalia Simoni refleja su apuesta por una medicina al servicio del pueblo.
Inicialmente dedicado a la tuberculosis, hoy es un centro de referencia. «Su decrecimiento en los años 71 demostró el éxito de las políticas de Fidel», explicó una trabajadora del centro.

La educación, pilar fundamental de su proyecto, se materializa en instituciones como el IPVC Máximo Gómez Báez.
«Decía que esta estructura era maravillosa y siempre insistió en que el estudio fuera clave para el desarrollo», rememoró Delgado.
Como colofón, la Unión de Jóvenes Comunistas entregó la distinción «Siempre Joven» a pioneros y trabajadores destacados. El tributo reafirmó la vigencia del pensamiento de Fidel entre las nuevas generaciones, dispuestas a defender su legado de soberanía, justicia social y unidad revolucionaria.
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