El hecho ocurrió cuando el convoy, procedente de la ciudad de Jaramana, al este de Damasco, se dirigía hacia la gobernación de Sweida con suministros esenciales para la población civil.
De acuerdo con activistas y medios de comunicación locales, hombres armados interceptaron los vehículos, que transportaban alimentos, medicinas y otros materiales de socorro, y capturaron a siete voluntarios. Tres de ellos, liberados posteriormente, mientras que los otros cuatro siguen retenidos.
Hasta el momento, ningún grupo se atribuyó la responsabilidad del ataque, y ni la organización humanitaria ni las autoridades sirias han emitido declaraciones oficiales sobre el secuestro.
El incidente se produce en un contexto de creciente hostilidad contra las labores humanitarias en el sur del país. El pasado 9 de agosto, la Organización de Media Luna Roja Árabe Siria (MLRAS) denunció que uno de sus convoyes sufrió un ataque con fuego directo mientras distribuía ayuda como resultado de lo cual hubo varios vehículos dañados.
En aquella ocasión, la institución reiteró su carácter neutral y su misión de atender a los más necesitados, al tiempo que subrayó la urgencia de garantizar la seguridad de su personal para el cumplimiento de sus tareas.
La gobernación de Sweida vive desde semanas una crisis humanitaria agravada por enfrentamientos entre facciones armadas y grupos tribales, sumados a bombardeos israelíes que dañaron infraestructuras clave, incluido el hospital provincial. La violencia provocó escasez de alimentos y combustible, así como el deterioro de la atención médica.
Con la reciente mejora parcial de la situación, el gobierno sirio, en coordinación con la Media Luna Roja y organismos internacionales, envió caravanas con harina, medicinas, combustible y otros insumos para los servicios esenciales. El ministro de Emergencias y Gestión de Desastres, Raed Al-Saleh, advirtió el lunes último que atacar a trabajadores humanitarios constituye una grave violación del derecho internacional humanitario y de las normas internacionales, y demandó una respuesta unificada para proteger a quienes dedican su labor a salvar vidas y mitigar el sufrimiento de la población.
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