La Canciller filipina, Theresa Lazaro, señaló que el pacto refuerza las capacidades defensivas y la soberanía del país, y ayuda a afrontar amenazas con mayor preparación y apoyo de aliados que comparten principios democráticos.
El acuerdo establece un marco legal para la entrada y salida de personal, buques, aeronaves y equipos para entrenamientos y actividades pactadas, sin permitir la instalación de bases militares permanentes en territorio ajeno.
Ratificado por el presidente Ferdinand Marcos Junior, el Senado filipino y el Parlamento japonés, el documento permitirá negociar convenios específicos sobre acceso, logística y mecanismos de coordinación bilateral en materia de defensa.
Las autoridades esperan que la cooperación se traduzca en mayor capacidad disuasoria y en un vínculo de seguridad más estrecho frente a desafíos comunes en la región indo-pacífica, sin excluir otras alianzas internacionales.
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