Según una encuesta del Instituto Datafolha, el 51 por ciento de los interrogados respalda la decisión de imponerle reclusión en casa, mientras que un 42 se opone.

Una pregunta que sobrevuela el escenario nacional es si la justicia trata al político ultraderechista con un rasero distinto al de otros líderes.

Un 43 por ciento de los inquiridos cree que se le trata peor que a otros, mientras que 37 opina que el tratamiento es equitativo. Solo un 13 por ciento asegura que goza de un trato privilegiado.

La reclusión forma parte de la investigación sobre las acciones del diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del exjefe de Estado, en el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, para atentar contra instituciones y autoridades en el país.

También la decisión del magistrado Alexandre de Moraes, de la Corte Suprema, contempla otras restricciones y amenazó con convertir el recogimiento en prisión preventiva, si el excapitán del Ejército incumple las normas.

El juez prohíbe a Bolsonaro recibir visitas sin autorización judicial y contactar con autoridades extranjeras. Además, la disposición exigió a la Policía Federal el decomiso inmediato de todos los teléfonos celulares del expresidente (2019-2022).

La encuesta refleja el clima de polarización que aún domina el escenario político brasileño.

Aunque la mayoría apoya las medidas contra Bolsonaro, una porción significativa de la población sigue viéndolo como víctima de persecución política.

Un 39 por ciento considera que De Moraes actúa por motivos políticos. Sin embargo, el 53 por ciento conceptúa que su accionar es imparcial y justificado.

La situación legal del expresidente es grave. Se le imputan cinco delitos, incluido intento de golpe de Estado y liderazgo de una organización criminal armada.

De ser hallado culpable, podría enfrentar hasta 43 años de cárcel. Se espera que la sentencia sea dictada en septiembre.

Ese juicio podría sentar un precedente clave para la región: sería la primera vez que un expresidente brasileño enfrenta una condena tan severa por atentar contra el orden democrático.

Asimismo, sus implicaciones van más allá de lo jurídico: Bolsonaro aún conserva una base electoral importante, y su futuro político —al igual que el de su movimiento— dependerá en gran medida de ese fallo.

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