Según reveló hoy la oficina nacional de estadística, Stats SA, ello representa un retroceso en medio de un entorno económico aún desafiante.
En comparación con mayo, las ventas ajustadas estacionalmente descendieron 0,4 por ciento, prolongando la tendencia negativa observada en meses previos (bajas de 1,7 por ciento en mayo y avance de 1,6 en abril).
De esa manera, el balance del segundo trimestre mostró un declive de 0,4 por ciento frente al trimestre previo, reflejando la debilidad de la demanda y la persistencia de factores estructurales que afectan al sector, acorde con Stats SA.
En valores nominales, se detalla en el reporte, las cifras evidencian un panorama aún más adverso: las ventas cayeron 2,8 por ciento interanual en junio, arrastradas principalmente por la significativa reducción en el comercio de combustibles sólidos, líquidos y gaseosos (-7,9 por ciento, restando 1,9 puntos porcentuales) y de maquinaria, equipos y suministros (-8,1 con impacto negativo de 1,4 puntos).
Para el segundo trimestre, la contracción nominal ascendió a 5,1 por ciento respecto al mismo periodo de 2024, atribuida fundamentalmente a una brutal caída del 16,3 por ciento en el segmento de combustibles.
Estas cifras contrastan con el discreto desempeño del comercio minorista, que si bien mostró señales de estabilización en el consumo, no logra impulsar con fuerza la cadena mayorista, ponderando el impacto de precios internacionales de combustibles y maquinaria importada, así como un entorno local de inversión contenido ante las perspectivas de crecimiento limitado.
Expertos nacionales señalan que la persistencia de presiones inflacionarias, sumada a la volatilidad de los mercados globales y la inestabilidad del rand, sigue obstaculizando la recuperación plena de sectores mayoristas clave, en particular aquellos dependientes de importaciones energéticas y tecnológicas.
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