El político, de 39 años, fue baleado en la cabeza y en una pierna el pasado 7 de junio en Fontibón, al oeste de esta capital, mientras daba un discurso de campaña y, pese a numerosas intervenciones, su pronóstico neurológico se mantuvo reservado desde entonces.

Tras su deceso, se instaló una capilla ardiente en el Congreso de la República donde primero los legisladores, y luego la ciudadanía, acudieron al despedirlo.

Posteriormente se ofreció una eucaristía en la Catedral Primada de Bogotá y más tarde los restos del político fueron conducidos por la guardia presidencial y enterrados en el Cementerio Central de esta capital.

Uribe era nieto del expresidente Julio César Turbay (1916-2005), quien gobernó entre 1978 y 1982, e hijo de Diana Turbay, una periodista que en 1990 fue secuestrada por “Los Extraditables”, un grupo de narcotraficantes del Cartel de Medellín liderado por Pablo Escobar, y asesinada cinco meses más tarde en un intento de rescate.

Hasta el momento por su asesinato recibieron imputaciones seis individuos, incluido el menor que está acusado de dispararle.

A juicio del presidente, Gustavo Petro, se trató de un hecho de conmoción nacional.

“Es un tema en el que las autoridades competentes tanto del Gobierno como de la Fiscalía han puesto todo su apoyo, incluso pedido a expertos internacionales ayuda en la investigación para determinar las causas reales, la verdad del crimen”, expresó.

Por otra parte, aseguró que recurrirá a instancias legales y radicará demandas contra quienes buscan señalarlo como responsable por la muerte del legislador.

“La voy a presentar a todos aquellos, no importa su estatus político ni social, que estén insinuando una calumnia sobre la cual no tienen absolutamente ninguna prueba, solo para ganar votos”, afirmó.

También deploró enfáticamente la manera en la que determinadas personas manejan el asunto con el fin de obtener réditos en la escena electoral.

“Me ha dado asco, hasta vomitar, ver cómo a un ser humano en condiciones de indefensión completa lo han manipulado políticamente y solo para ganar unos votos”, denunció.

En una alocución posterior pidió a la ciudadanía desoír los llamados de los partidarios de la violencia.

“Cuando encienden el odio en el corazón de un colombiano, los que están ganando son los asesinos. Y ese colombiano debería saber que quien prende el odio en su corazón es realmente quien está matando a la gente en Colombia”, afirmó el mandatario.

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