Al respecto, la ministra de Agricultura, Pesca, Agua y Reforma Agraria, Inge Zaamwani, destacó durante la cumbre del Programa de Inversión en Agua de la Unión Africana (AU-AIP) que la nación está comprometida a cerrar la brecha continental en inversión para agua y saneamiento, de acuerdo con la Agenda 2063 de la Unión Africana y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
“Namibia afronta una severa escasez hídrica, agravada por el cambio climático, en un país árido pero rico en paisajes, y ve en estos desafíos una oportunidad para impulsar la innovación y el crecimiento sostenible”, enfatizó Zaamwani.
El Gabinete aprobó destinar el cinco por ciento del presupuesto nacional —equivalente a dos mil 800 millones de dólares namibios (unos 150 millones de dólares estadounidenses)— para ampliar el servicio de agua potable y mejorar las instalaciones de saneamiento especialmente en comunidades rurales marginadas.
Además, se lograron acuerdos de financiamiento por unos cuatro mil millones de dólares namibios (algo masa de 200 millones de dólares norteamericanos) con bancos de desarrollo africanos para proyectos de gran escala, como rehabilitación de infraestructura y expansión de cobertura sanitaria en zonas urbanas y rurales.
Entre los proyectos prioritarios figura también el estudio de viabilidad conjunto con Sudáfrica para la construcción del embalse Noordoewer–Vioolsdrift en el río Orange, con una inversión estimada de 231 millones de dólares estadounidenses, destinada a garantizar la seguridad hídrica regional.
Asimismo, Namibia prevé desarrollar una planta de desalinización costera mediante una alianza público-privada, destinada a abastecer a la industria minera y a aliviar la presión sobre las reservas de agua subterránea en las zonas costeras, aportando a la resiliencia climática y al crecimiento económico.
Zaamwani enfatizó que la seguridad hídrica está intrínsecamente ligada a la seguridad alimentaria, energética, la salud pública, el turismo y la competitividad económica, por lo que el enfoque namibio apunta a integrar el agua como motor clave para el desarrollo nacional y la integración regional.
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