El dueño de la empresa, Erik Prince, explicó que una vez que los contratistas, conocidos en el mundo como mercenarios, estabilicen la nación caribeña participarán en el diseño e implementación de un programa para gravar los bienes importados en la frontera entre Haití y República Dominicana.
Prince se mostró esperanzado en recuperar el control de las principales carreteras y el territorio de las pandillas dentro de aproximadamente un año.
«Para mí, uno de los principales indicadores de éxito será poder ir de Puerto Príncipe a Cabo Haitiano en un vehículo ligero sin ser detenido por las pandillas», comentó Prince citado por el diario digital Gazette Haití News.
El también fundador de Blackwater Worldwide guardó silencio sobre cuánto le pagará el gobierno haitiano a Vectus Global.
Recuerda la fuente que Vectus Global comenzó a operar en Haití en marzo, desplegando principalmente drones en coordinación con un grupo de trabajo dirigido por el primer ministro, Alix Didier, pero su compromiso a largo plazo y su participación en la recaudación de impuestos siempre estuvo en secreto.
La fuerza mercenaria liderada por Estados Unidos, estará integrada también por europeos y salvadoreños, entrenados como francotiradores y especialistas en inteligencia, comunicaciones, además de contar con medios navales y helicópteros.
Las empresas de seguridad que trabajaron en Haití tuvieron problemas debido a los lazos que unen las facciones gubernamentales y la Policía Nacional de Haití con las pandillas.
El director del Centro de Análisis e Investigación sobre Derechos Humanos en Haití, Gedeón Jean –citado por Gazette Haiti News- alertó que el uso de empresas militares privadas no puede ser considerado una solución a la inseguridad, pues estas a menudo cometieron violaciones de los derechos humanos.
En la semana, la Policía Nacional de Haití (PNH) perdió a tres efectivos e igual número resultó herido por los pandilleros, que también incendiaron un blindado enviado por Estados Unidos.
Mientras que el Buró de Información Federal (FBI) ofreció cinco millones de dólares por la cabeza del haitiano Jimmy Chérisier, alias Barbecue, quien mantiene en jaque a la PNH, al Ejército y a las tropas extranjeras en la nación caribeña. Este bandido les respondió «estoy aquí».
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