La agencia Météo France mantuvo la vigilancia naranja, la segunda más alta, en territorios del extremo sur del país y del occidente, dejando atrás los días en los que la alerta por calor rigió en la mayoría de los 96 departamentos metropolitanos.
Según las previsiones, las temperaturas subirán hasta 35-37 grados Celsius en la zona cercana al mar Mediterráneo y superarán los 40 en ciudades como Perpignan y Montpellier.
El episodio canicular dejó a principios de semana varios récords, algunos establecidos después de décadas en vigor, entre ellos los 42,9 grados registrados en la comuna de Saint-Laurent-du-Pape, en Ardèche.
Se trata de la 51 ola de calor detectada en Francia desde 1947, la trigésima cuarta del presente siglo.
Cada canícula en Francia genera inquietudes y trae a la memoria la sufrida en 2003, que provocó 15 mil víctimas fatales, lo cual explica el llamado de las autoridades a mantenerse hidratados, evitar el ejercicio físico, el alcohol y el café y a atender a las personas más vulnerables.
Durante el actual episodio se han reportado más de un centenar de remisiones diarias a urgencia en hospitales de diversas regiones.
oda/wmr





