Así lo señala la edición digital del Diario La R, que califica de dramática la escalada de sicariatos en un país que ha sido reconocido en la región por relativa tranquilidad y menor tasa de criminalidad.
Sin embargo, la infiltración del narcotráfico altera significativamente esta percepción, provocando un aumento en la violencia asociada a disputas territoriales y rivalidades entre bandas, apunta el texto.
Suscribe que el aumento de los asesinatos a sueldo señala una sofisticación y brutalidad en las operaciones delictivas que no se había visto anteriormente en Uruguay.
Estos actos de violencia generan un clima de inseguridad en la población y desafían la capacidad de respuesta del sistema de justicia y la efectividad de las fuerzas de seguridad para contener y desmantelar estas redes criminales, señala la publicación.
Considera crucial que Uruguay adopte un enfoque multifacético fortalezca las medidas de seguridad y las capacidades de las fuerzas del orden, y aborde las causas subyacentes del problema, refiere.
Y sugiere la implementación de políticas de prevención que se enfoquen en la reducción de la demanda de drogas, el desarrollo de programas sociales con alternativas económicas y educativas a los jóvenes vulnerables, y la cooperación internacional para frenar el flujo de drogas y armas.
Según las nuevas categorías de homicidios establecidas por el Ministerio del Interior, los crímenes por “ejecución sumaria” son la principal entre las muertes violentas, con fuerte vinculación con el tráfico de drogas.
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