Reunidos en La Haya en el marco de la III Reunión Anual de Solidaridad con Cuba, los participantes reconocieron “la resistencia y el coraje del pueblo cubano”, que durante más de seis décadas ha enfrentado “una sostenida y recrudecida guerra económica, así como innumerables acciones destinadas a destruir su Revolución”.

Mediante una declaración final destacaron que, pese al bloqueo, la nación caribeña extiende sus manos de amistad y solidaridad a muchos pueblos del mundo, mostrando altruismo y dedicación en apoyo de causas justas.

Los firmantes exigieron el levantamiento incondicional e inmediato del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba, y se suman al reclamo unánime de la comunidad internacional, expresado en las 32 resoluciones aprobadas al respecto por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Subrayaron que esa política coercitiva “afecta gravemente a la economía cubana y tiene consecuencias devastadoras en la salud, la educación y el bienestar general de los cubanos”.

Asimismo, rechazaron la inclusión de la isla en la unilateral lista de países que patrocinan el terrorismo, medida que, según señalan, “ha reforzado los efectos negativos del criminal bloqueo, dificultado enormemente las operaciones financieras y comerciales, y ocasionado graves daños a la subsistencia e integridad de la población cubana”.

La declaración condenó también “la tergiversación de la realidad cubana y las artimañas del imperialismo estadounidense”, que “sigue azotando a esta pequeña isla, a la que no han logrado dominar y que ha resistido con valentía y determinación, y seguirá haciéndolo”.

“Ni el bloqueo más cruel ni las campañas de difamación podrán vencer la resistencia de un pueblo digno», enfatizaron.

Los participantes ratificaron además su “apoyo inquebrantable a Cuba, un país de paz y solidaridad”, y reafirman su compromiso de “seguir alzando nuestra voz en su defensa”.

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