En una reunión con los enviados estadounidenses Thomas Barrack y Morgan Ortagus en el Palacio de Baabda, el presidente de la República Joseph Aoun, demandó mayor compromiso con la declaración conjunta, junto a un respaldo más sólido al ejército y medidas rápidas para iniciar la reconstrucción.

Por separado, el titular de la unicameral legislatura, Nabih Berri, insistió en que Israel debe respetar el alto el fuego y retirarse a las fronteras internacionalmente reconocidas.

Berrri sostuvo que esta medida es clave para garantizar la estabilidad y abrir paso a la reconstrucción de la nación de los cedros.

En su encuentro con la delegación norteamericana, el primer ministro Nawaf Salam exigió a Washington presionar a Israel para cesar las hostilidades, liberar prisioneros y respaldar a las Fuerzas Armadas Libanesas.

Salam también solicitó renovar el mandato de la Fuerza Provisional de la ONU en Líbano (Unifil) y convocar una conferencia internacional de reconstrucción.

Tras la reunión con el mandatario Joseph Aoun, Barrack aseguró que los próximos pasos incluyen trabajar con el gobierno para restaurar la prosperidad y explorar la cooperación de Israel e Irán.

También llamó a la Resistencia de Líbano (Hizbulah) a considerar cuidadosamente sus opciones; «no puede tomar sin ofrecer nada a cambio».

Al mismo tiempo, indicó que lidiar con Hizbulah es un asunto libanés, y el objetivo es implementar el acuerdo de alto el fuego, en vigor desde el 27 de noviembre pasado.

En medio de las reuniones políticas, el Ministerio de Salud de Líbano informó que cuatro personas resultaron heridas tras un ataque con drones israelíes en la aldea sureña de Khiam.

arc/yma