El fenómeno hidrometeorológico, que bajó a categoría 2 en la escala Saffir-Simpson, se había intensificado rápidamente durante el fin de semana y aunque no se prevé que toque tierra firme aquí, sí podría provocar olas destructivas y marejadas ciclónicas a la cadena de islas Outer Banks de Carolina del Norte.

Los condados de Dare y Hyde, que abarcan la mayor parte de los Outer Banks, declararon estados de emergencia locales y ordenaron evacuaciones obligatorias para las islas Hatteras y Ocracoke, donde, según los cálculos hay unos cinco mil habitantes.

La orden de evacuación en el caso de las Hatteras se encuentra vigente desde la mañana de este 19 de agosto, y en el de Ocracoke, está en vigor desde ayer, según la información oficial del estado.

“Los habitantes de Carolina del Norte a lo largo de la costa deben prepararse para oleaje peligroso, corrientes de resaca e inundaciones costeras durante toda la semana”, escribió en X el gobernador del estado, Josh Stein.

Manténganse al tanto -dijo Stein- de las alertas de emergencia y los medios de comunicación locales para obtener actualizaciones.

La temporada de huracanes del Atlántico -que comenzó el 1 de junio y concluye el 30 de noviembre- está en su apogeo, y de acuerdo con las proyecciones amenaza con generar otra tormenta con nombre tras Erin.

Actualmente el Centro Nacional de Huracanes monitorea dos áreas por un eventual desarrollo de un organismo tropical en la misma zona del Atlántico que Erin recorrió la semana pasada.

Los Outer Banks, una delgada cadena de islas a lo largo de la costa atlántica de Carolina del Norte, se extiende por más de 280 kilómetros.

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