Las autoridades exigieron a los dueños de esos centros nocturnos asumir nuevas estrategias de protección, después de un tiroteo en el capitalino bar Howard’s, en el distrito de Santa Ana, donde murieron tres individuos y dos resultaron heridos, por el ataque a tiros de dos motoristas, añadió AM Prensa.

Agentes del Organismo de Investigación Judicial señalaron que el ataque en ese establecimiento iba dirigido solo contra dos de ellos, por lo que los demás resultaron víctimas colaterales, característica frecuente en el accionar de bandas narcotraficantes por venganzas o ajustes de cuentas.

La Fuerza Pública busca aún a los atacantes de las cinco víctimas, que eran los únicos ocupantes del establecimiento en el momento del hecho, y también a otros dos tiradores que apenas 24 horas después ultimaron a otro individuo e hirieron a tres en la barriada capitalina de Tibás, de acuerdo con Teletica.com.

Oficiales de ese cuerpo y de la Policía Municipal de Santa Ana intercambiaron con propietarios y administradores de los bares de los distritos donde ocurrieron los hechos y les exigieron medidas urgentes para frenar las posibilidades de violencia armada en dichos locales.

La iniciativa -según las fuentes- forma parte de una respuesta directa del Ministerio de Seguridad Pública, luego de que el caso Howard’s revelara la vulnerabilidad de los centros nocturnos frente al crimen organizado.

“Nos reunimos con los propietarios de estos negocios para que implementaran medidas de seguridad a la hora del ingreso de las personas. De esta forma, buscamos prevenir delitos contra la vida”, declaró la comisionada Marisol Flores, directora regional de la Fuerza Pública en San José Sur.

Las exigencias policiales instruyen a los administradores sobre controles más estrictos, entre ellos la revisión a la entrada para detectar de armas de fuego, la colaboración directa con las fuerzas del orden, el uso de cámaras de vigilancia y el monitoreo activo, y la capacitación al personal para identificar otras situaciones de riesgo.

“No podemos permitir –puntualizó la comisionada Flores- que estos espacios, donde las personas salen a disfrutar, se conviertan en zonas de muerte. La seguridad es tarea de todos”.

El creciente aumento en el país de los homicidios, que ya ascienden este año a 553, es atribuido por el gobierno al incremento del número y calibre de las armas en poder de personas involucradas en el tráfico de drogas.

Según la expresidenta Laura Chinchilla, en solo 10 años, Costa Rica pasó de ser uno de los países más seguros de América Latina, para convertirse en el segundo más violento de Centroamérica y en el séptimo más letal de América Latina.

También aumentaron en el país, a niveles sin precedentes, las acciones del narcotráfico y el crimen organizado, añadió la exmandataria durante una reciente intervención en la Comisión Legislativa de Seguridad y Narcotráfico del Congreso.

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