Según el parte de la cartera militar, publicado este jueves en su página oficial de Telegram, 21 vehículos aéreos no tripulados fueron derribados en la región de Rostov; siete sobre Voronezh; cinco en Bélgorod; cuatro sobre la península de Crimea; tres en Briansk e igual número en Kaluga; dos en Oriol y sobre el mar Negro; uno en Kursk y otros sobre Tula.
El gobernador de la región de Rostov, Yuri Sliusar, publicó que el ataque ucraniano con drones fue el más numeroso contra esa provincia en lo que va de año, y el mismo provocó un incendio en una empresa industrial de la ciudad de Novoshájtinsk, pero gracias a la oportuna intervención de la defensa aérea, no hubo que lamentar víctimas.
En la región de Vorónezh, la caída de un aparato aéreo no tripulado obligó a suspender el movimiento de unos 20 trenes en el tramo Zhuravka-Rainóvskaya, según informó la red rusa de ferrocarriles RZD.
Por su parte, la agencia nacional del transporte aéreo, Rosaviatsia, comunicó el cierre provisional de los aeropuertos de Volgogrado, Sarátov y Kaluga durante la última jornada, con el objetivo de garantizar la seguridad de los vuelos.
Desde el inicio, el 24 de febrero de 2022, de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, los ataques con drones lanzados desde ese último país contra objetivos militares e infraestructura civil en la retaguardia rusa se han convertido en una práctica habitual.
Las provincias rusas limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, así como la península de Crimea denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera, que obligan a la población a buscar refugio en lugares más seguros.
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