En su habitual conferencia de prensa semanal, este jueves de manera inusual desde la provincia de Darién- hasta hace muy poco centro de los flujos migratorios sur-norte- el mandatario señaló que hasta la fecha – con el apoyo de Estados Unidos- se han realizado unos 55 vuelos chárter para el retorno de los indocumentados, de ellos el 94 por ciento venezolanos.
Mulino precisó que se realiza el esfuerzo para la repatriación de esos ciudadanos, pero no se ha podido concretar el operativo con las autoridades migratorias de Caracas para llevarlos al lugar que indiquen.
El jefe de Estado alabó además los resultados del enfrentamiento de su Ejecutivo a la migración ilegal y dijo que lograron cerrar el campamento de Lajas Blancas, adonde hace unos años llegaban cada mes unos 30 mil caminantes, luego de atravesar la selva, cifra que ha disminuido considerablemente y este jueves solo registraron 10 personas con rumbo al norte.
Además indicó que el flujo migratorio irregular sur-norte le costaba al presupuesto del país 100 millones de dólares.
“Obviamente al eliminarse, eso cae drásticamente, pero contrario a lo que se pueda esperar ese fenómeno también tenía un impacto económico en la región”, dijo.
“Se acabó un negocio ilícito para mucha gente”, enfatizó pero insistió en que es más importante el impacto positivo de seguridad y humanitario al cerrarse el flujo por Darién.
Agregó que “gracias a Dios en Panamá” no hubo un impacto en el tema sanitario por el flujo migratorio por la región de Darién y pasando por Paso Canoas en su ruta a Estados Unidos.
En otra parte de su comparecencia, Mulino ratificó que viaja a Brasil el próximo 28 de agosto y en su agenda está una reunión al día siguiente con los propietarios de la empresa bananera Chiquita Panamá, para negociar que retomen operaciones en la provincia de Bocas del Toro, interrumpidas tras protestas por más de un mes de sus trabajadores.
El presidente panameño llamó a recapacitar a Francisco Smith, dirigente sindical bananero, quien había anunciado posibles acciones legales contra la empresa y a quien responsabilizó con el quiebre de la ciudad de Changuinola y de todo ese territorio occidental.
“Él está encausado penalmente por esos mismos delitos, bajo medida de restricción, y mucho menos puede ser dirigente de un sindicato que ya no existe, porque ya no hay empresa”, agregó.
Mulino concluyó llamando a Smith a dejar de lanzar declaraciones que carecen de fundamento.
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