Si bien la ministra de Agricultura, Annie Genevard, consideró que la situación no puede quedarse así, reclamando a los negociadores europeos tratar de cambiar las cosas, sus palabras apenas alivian las inquietudes de un sector que tiene en el país norteño a su principal mercado foráneo.
Deploro los resultados de las negociaciones para un acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE), y en particular la ausencia de exención para los vinos y los espirituosos, aun cuando Francia y otras naciones insistieron en su importancia para ellas, reaccionó.
La víspera, el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, informó que finalmente los vinos y los espirituosos no escaparon de la cruzada arancelaria de Donald Trump, quien varias veces ha acusado a la UE de aprovecharse de su país.
Se trata de una muy mala noticia, una inmensa decepción, manifestó a la cadena Franceinfo el presidente del Buró Interprofesional del Coñac, Florent Morillon.
Según el empresario, el costo de las botellas de coñac aumentará en un 30 por ciento en Estados Unidos.
La que cueste 40 dólares pasará ahora a 50, un golpe duro para los consumidores estadounidenses, subrayó.
El año pasado, la UE exportó hacia el mercado norteño productos con alcohol valorados en ocho mil millones de euros, el 60 por ciento correspondiente a vinos y espirituosos.
Por su parte, el director de la cava Ribeauvillé, David Jaegle, declaró al medio ICI Alcase que el arancel fijado por Trump demuestra más que todo la ineficacia de la UE a la hora de negociar con Washington.
El acuerdo alcanzado por el bloque de 27 Estados miembros, negociado bajo las amenazas del jefe de la Casa Blanca, recibió en suelo galo calificativos de desequilibrado e injusto.
Incluso el primer ministro François Bayrou fue más allá, al tildarlo de un acto de sumisión, mientras que el presidente Emmanuel Macron estimó que la UE no supo hacerse escuchar, ni mostrarse como una potencia en las negociaciones.
“Para ser libre hay que ser temido, y no fuimos lo suficientemente temidos”, dijo el jefe de Estado a principio de mes.
Otro que expresó decepción por las tarifas fijadas a los vinos y espirituosos del viejo continente fue el presidente de la Confederación de Denominaciones y Viticultores de Borgoña, Thiébault Huber.
Creímos que sería posible, de hecho estuvimos a dos dedos de lograrlo, dijo a la cadena BFM TV respecto al objetivo del gremio de lograr la exención.
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