Los partidos y personalidades libanesas calificaron lo sucedido como un «crimen nacional y una traición a la soberanía», a la luz de las presiones externas para el desarme de la Resistencia.

A través de un comunicado, el Partido Baaz Árabe Socialista en Líbano consideró la decisión «una mancha de deshonor político y una renuncia flagrante a la soberanía y la dignidad nacional en favor de los dictados de Washington y Tel Aviv.

La agrupación indicó que el gobierno abandonó su deber hacia sus ciudadanos y ofreció un regalo gratuito al enemigo israelí en una de las más graves manifestaciones de sometimiento político.

El Congreso Popular Libanés valoró la liberación de Abu Hussein de las cárceles libanesas como «un escándalo que exige el castigo de todos los responsables, desde la cúpula hasta la base».

A su vez, el Encuentro de Partidos, Fuerzas y Personalidades Nacionales afirmó que la liberación del detenido israelí es «un regalo gratuito al enemigo que refleja la caída de la soberanía y una sumisión humillante a las presiones».

También condenó la liberación del detenido «mientras decenas de prisioneros libaneses siguen languideciendo en las cárceles de la ocupación».

Esa organización de partidos sostuvo que este paso es «el desperdicio de una valiosa carta que podría haberse utilizado para liberar a los prisioneros».

Además, el colectivo advirtió que «las políticas blandas sirven al enemigo y perjudican la posición y el papel de Líbano».

Por su parte, el diputado Ibrahim al-Moussawi, miembro del bloque Lealtad a la Resistencia, declaró que lo ocurrido es «condenable, reprobable e impactante para la gente, y exige una investigación y rendición de cuentas.

Igualmente, el diputado Qassem Hashem expresó su sorpresa por la liberación del israelí un año después de su captura «sin ningún anuncio oficial».

Al respecto, manifestó que lo más importante es que posee la nacionalidad y el pasaporte israelí, independientemente de cualquier otro detalle.

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