El ataque tuvo lugar en un punto de control, adscrito al Ministerio del Interior, y según informes difundidos por la agencia estatal SANA, dos atacantes intentaron irrumpir en el lugar con cincurones explosivos y armas personales.
De acuerdo con el comandante de Seguridad Interna en la provincia, Dhirar al-Shamlan, uno de los extremistas intentó activar un cinturón explosivo antes de ser abatido por los efectivos apostados en el control.
Agregó que el segundo, armado con un fusil, abrió fuego contra el personal de seguridad y también fue neutralizado, pero en el intercambio, un agente sirio perdió la vida.
Esta acción terrorista ocurre semanas después de que el Ministerio del Interior revelara la desarticulación de una célula de ISIS vinculada al atentado suicida contra la iglesia de Mar Elías en Damasco. En esa operación, realizada en conjunto con el Servicio General de Inteligencia, se frustró otro ataque dirigido al santuario cheita de Sayeda Zeinab, en la periferia de la capital.
El secretario general adjunto de la Oficina de las Naciones Unidas contra el Terrorismo (ONUT), Vladimir Voronkov, advirtió el jueves último en el Consejo de Seguridad, que el grupo ISIS mantiene una presencia activa en la región central de Siria, especialmente en la vasta zona desértica de Badieh, donde intenta reconstituir su capacidad operativa.
Voronkov llamó a la comunidad internacional a adoptar un enfoque integral y coordinado contra el terrorismo, con respeto al derecho internacional y los derechos humanos, y alertó sobre la crítica situación humanitaria en los campamentos del noreste sirio, donde miles de mujeres y niños permanecen en condiciones inhumanas, vulnerables al adoctrinamiento y la radicalización.
La violencia esporádica y las células insurgentes siguen representando un desafío para el proceso de estabilización en Siria, mientras las autoridades continúan sus esfuerzos por erradicar los focos remanentes del extremismo que intentan resurgir tras más de una década de conflicto.
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