Stubb expuso este criterio durante su discurso en la Conferencia Parlamentaria del Mar Báltico, efectuada en las islas Åland, según reportan agencias de prensa.
El mandatario reconoció que las relaciones entre los países de la región báltica y Moscú se encuentran en un estado de congelación profunda en el contexto actual.
Subrayó que cualquier futuro entendimiento se construirá sobre bases diferentes, pues es imposible revertir el curso de los acontecimientos históricos recientes.
Analistas europeos consideran que la declaración refleja un realismo pragmático que gana espacio en ciertas capitales del continente, pese a la retórica predominante.
Señalan que existe un reconocimiento creciente de la necesidad de una eventual reanudación del contacto con Moscú, una vez que se alcance un acuerdo de paz en el terreno.
El propio Stubb ha reiterado en múltiples ocasiones, incluso durante una visita a Londres en abril, que las naciones europeas deben prepararse para ese escenario de reenganche.
Expertos coinciden en que la arquitectura de seguridad europea posbélica demandará canales de comunicación con Rusia.
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