Presentada en la vigesimoprimera reunión Extraordinaria del Consejo de ministros de Asuntos Exteriores de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), efectuada en Arabia Saudita, la iniciativa comprende acceso sin restricciones y con protección para los trabajadores humanitarios y refuerzo del apoyo al Organismo de Obras Públicas y Socorro de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (Unrwa).
La propuesta exige, además, el fin del desplazamiento forzado, del aumento de los asentamientos de los colonos y de la anexión de tierras palestinas.
Pide, asimismo, la implementación del plan de reconstrucción árabe-OCI para Gaza; un proceso político revitalizado y con plazos definidos para una solución de dos Estados basada en las fronteras anteriores a 1967 con Al-Quds Al-Sharif como capital; y la rendición de cuentas por los crímenes de guerra y de lesa humanidad perpetrado por Israel.
El también vice primer ministro paquistaní señaló que las provocaciones israelíes en la mezquita de Al-Aqsa, son ataques intolerables a la conciencia de la Ummah musulmana.
Instó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a imponer sanciones a Israel por desafiar el derecho internacional, y exhortó al despliegue de una fuerza de protección internacional para Gaza.
“Palestina es una prioridad para Pakistán”, enfatizó Dar, quien prometió que, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, Islamabad trabajará con la OCI y sus socios árabes para movilizar el apoyo mundial al derecho palestino a la autodeterminación, la justicia y la paz.
También instó a la OCI a actuar con urgencia y medidas concretas para poner fin al sufrimiento del pueblo palestino que vive una catástrofe humanitaria, con más de 60 mil fallecidos, en su mayoría mujeres y niños, por los ataques del Gobierno sionista de Tel Aviv.
Dar calificó las acciones israelíes de violaciones sistemáticas y premeditadas del derecho internacional y de actos descontrolados de castigo colectivo, que incluyen ataques contra hospitales, escuelas, instalaciones de Naciones Unidas y campos de refugiados.
También ratificó el rechazo de su Gobierno al plan israelí de la extensión del control militar sobre Gaza y la creación del llamado Gran Israel, lo que consideró un intento descarado de consolidar la ocupación ilegal mediante la coerción.
Advirtió que tales provocaciones representaban una amenaza directa para la seguridad nacional árabe, la paz regional y el orden internacional.
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