El coordinador de los insumisos, Manuel Bompard, afirmó que el tercer partido con más diputados en la Asamblea Nacional de Francia no tiene intención alguna de acudir a la “operación de salvamento” que el primer ministro intenta montar el lunes en su sede en Matignon.
Consciente de que sus días parecen contados, Bayrou invitó a las diversas fuerzas políticas a dialogar sobre su proyecto de presupuesto, tres días después de que anunciara la decisión de someterse al voto de confianza de la Asamblea y de que escuchara a la oposición adelantar que no se la dará, en aras de propiciar su caída.
Bompard recordó que LFI ya ha presentado ocho mociones de censura en la cámara baja para tratar de derribar al primer ministro, con la sugerencia de que no está dispuesto a permitir que se escape la oportunidad del 8 de septiembre, cuando se emitirá un voto de confianza respecto al mandatario.
Por su parte, la secretaria general de EELV, Marine Tondelier, rechazó el llamado de Bayrou al diálogo, precisando que no hay nada que esperar del mismo.
La sola cita a la que acudiremos es la del 8 de septiembre en la Asamblea Nacional, subrayó.
Otros partidos opositores aceptaron la invitación a Matignon, aunque sin renunciar a buscar la caída del gobierno.
El primer ministro consideró que aún quedan 11 días para cambiar las cosas, al argumentar que su plan de presupuesto pretende lidiar con los problemas graves de las finanzas públicas en Francia, en lo que definió como «evitar el caos».
El déficit cerró el año pasado en un 5,8 por ciento del Producto Interno Bruto y la deuda rondó el 114 por ciento, indicadores entre los peores en la Unión Europea.
Sin embargo, el presupuesto defendido por Bayrou contiene recortes y ahorros por 43 mil millones de euros y medidas impopulares como la supresión de dos días feriados, iniciativa que la oposición considera un ataque al bolsillo de los trabajadores y de los más vulnerables.
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