Según el Barómetro de Acuerdos de Paz en África, de las 30 tareas establecidas el 27 de junio en Washington, solo 14 comenzaron a implementarse (en un nivel inicial, mínimo o intermedio), lo que representa el 46,6 por ciento, pero llama la atención que la mayoría de los compromisos clave permanecen estancados.

En tal sentido, lo más importante es el incumplimiento con el alto al fuego inmediato, pues aunque las confrontaciones persistentes en el este congoleño no son directas entre las Fuerzas Armadas de RDC y Ruanda, se trata de grupos que reciben apoyo de ambas partes.

Dentro de las cuestiones mejor resueltas están el apoyo de la comunidad internacional y regional a los firmantes, el establecimiento del Comité Conjunto de Gestión de la Seguridad (CSG), la adopción de los procedimientos operativos del CSG y la creación del Comité Conjunto de Operaciones (COO).

La institución señaló que, aun cuando persisten las tensiones entre Kinshasa y Kigali, la retórica beligerante entre las autoridades de ambos Estados disminuyó y se estableció el Mecanismo Conjunto de Coordinación de Seguridad (MCSC), cuya reunión inaugural se celebró los días 7 y 8 de agosto.

Igualmente reconoce como avances el Comité Conjunto de Supervisión, integrado por la RDC, Ruanda, la Unión Africana, Qatar y Estados Unidos; así como la firma de la Declaración de Principios del Marco de Integración Económica Regional.

Este último documento crea un precedente para la cooperación bilateral en materia de gestión de parques nacionales, explotación sostenible de los recursos del lago Kivu, desarrollo hidroeléctrico, minería y reducción de riesgos en las cadenas de suministro de minerales.

No obstante, resulta uno de los puntos más criticados del acuerdo firmado en Estados Unidos, dado el papel que Ruanda ha desempeñado hasta el momento en el robo de recursos de la RDC.

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