Esas voces, con pleno conocimiento del tema, rompieron una especie de concierto mediático que aquí repite la coartada de Washington, según la cual la patria de Bolívar es “un narcoestado” y de que su presidente, Nicolás Maduro, es el jefe del hasta poco casi desconocido cártel.
La acusación fue contrastada por la analista internacional Ariela Ruiz Caro, con los informes de la agencia norteamericana antidrogas (DEA de 2024 y 2025) y en el Reporte Mundial sobre Drogas 2025 publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd).
Esos informes “no mencionan a Venezuela como un factor de importancia en la producción de cultivos de hoja de coca y marihuana ni procesamiento de cocaína, así como tampoco en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos”, dijo.
Sobre el amenazante despliegue bélico enviado a la lucha contra el supuesto “Cártel de Los Soles”, advirtió que, a pesar de la campaña mediática contra Maduro y su gobierno, a los que Trump acusa de manejar un cártel del narcotráfico, no parece viable que una intervención militar norteamericana pudiera tener éxito.
Ruiz Caro cree que ese tipo de amenazas externas tienen como efecto la unificación de las fuerzas políticas, como lo demostró Brasil, frente al anuncio de Washington de desmedidos aranceles para el país de Lula.
Una autoridad en temas como el narcotráfico, Ricardo Soberón, expresidente de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), recordó que América Latina ha impulsado siempre el principio de ser una zona de paz y llegó a acordar la proscripción de las armas de destrucción masiva.
Lamentablemente, agregó, desde la década de los 90 del siglo pasado, la región “es un escenario de la guerra fría” y de las políticas de Washington de guerras contra las drogas y el terrorismo, que han derivado en las actuales pretensiones de Donald Trump.
Llamó a los organismos regionales de diálogo e integracion, como Celac, Unasur y ALBA, a “impedir el intento de la administración Trump de utilizar la guerra contra los cárteles del narcotráfico, para intervenir militarmente en forma directa o indirecta en cualquier parte del hemisferio”, con el fin de ejercer dominio sobre America Latina, lo que debe ser rechazado contundentemente.
Mientras, la cineasta Pilar Roca dijo en una velada de colectivos antifascistas peruanos contra la intervención norteamericana en Venezuela, que Washington “habla ahora del ‘Cártel del Sol’ que podría ser el cártel de la Luna o de las estrellas, porque lo han inventado” como parte de su política belicista contra el país de Bolívar.
Fustigó en tal sentido los proyectos presentados en el impopular Parlamento peruano por legisladores de derecha extrema, que declaran organización terrorista y amenaza transnacional al “Cártel de los Soles”, aunque hasta un comentarista conservador como Francisco Belaúnde reconoció que en Perú no hay rastro alguno del supuesto cártel venezolano
Un analista especializado desde hace décadas en el tema del narcotráfico, Jaime Antezana, definió al “Cártel de los Soles” como “La posverdad de Estados Unidos para legitimar la intervención en Venezuela”.
Explicó que los cárteles de la droga son organizaciones transfronterizas que “no solo exportan las drogas (cocaína, heroína, fentanilo, marihuana, anfetaminas, etc) a países de una región, continente o continentes, sino que se reparten mercados y fijan los precios”.
Agregó que, en esa línea, los cárteles son las multinacionales de las drogas y se preguntó: “¿es el llamado cártel de los soles un cártel transnacional de las drogas y otros negocios (armas, extorsión, etc)? No, no lo es. Ni hay evidencia empírica de que lo sea”.
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