El club de fútbol catalán se encuentra contra el reloj, pues necesita definir dónde jugará el 14 de septiembre frente al Valencia en el arranque de la Liga y dónde recibirá a sus rivales de la fase de grupos de la Champions League.
La sanción, que asciende a 300 euros, se originó al comprobarse que los trabajadores estaban operando fuera de los horarios permitidos: de lunes a viernes entre las 8:00 y las 24:00, y sábados de 10:00 a 20:00.
Este lunes, técnicos del Ajuntament visitaron el estadio y constataron que aún no existe el Certificado Final de Obra (CFO), requisito imprescindible para abrir sus puertas al público. Sin este documento, el equipo de Flick tendría que debutar en el Estadi Johan Cruyff.
El Barcelona desea volver cuanto antes a su feudo renovado, pero los retrasos en la remodelación y la falta de licencias definitivas mantienen en vilo tanto a la afición como a la directiva.
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