El director general del Ministerio de Salud en Gaza, Munir al-Barash, explicó a la prensa que perdieron la capacidad de diagnosticar enfermedades debido a la destrucción causada por la agresión.
Los virus atacan a las personas sin que conozcamos sus fuentes por la falta de laboratorios que nos permitan examinar su naturaleza, recalcó.
También la Oficina de Medios de Prensa del Gobierno en el enclave advirtió sobre el nuevo brote “en medio de condiciones de salud catastróficas resultantes del bloqueo y el genocidio en curso”.
Su rápida propagación se debe al hacinamiento severo, la falta de agua y ventilación y el deterioro de los servicios de salud como resultado de la guerra y las restricciones impuestas por Israel, denunció.
Señaló que los pocos hospitales operativos atienden la crisis, pese a la grave escasez de personal y suministros.
El organismo reveló que los contagios se cuentan por miles en todas las gobernaciones de la Franja, con aumentos diarios, particularmente entre niños, ancianos y aquellos con enfermedades crónicas.
La Oficina responsabilizó a Israel y a Estados Unidos por el deterioro de las condiciones sanitarias de Gaza y pidió a la comunidad internacional intervenir para mitigar la crisis.
La voz de alarma sobre el nuevo virus la dio la pasada semana el director del Complejo Médico Al-Shifa, Mohammed Abu Salmiya.
No tenemos pruebas para averiguar qué causó el virus, afirmó el galeno en un comunicado.
Explicó que sus síntomas incluyen temperatura corporal alta, dolor en las articulaciones, secreción nasal y tos acompañada de episodios de diarrea que duran más de una semana.
Su propagación se debe a la inmunodeficiencia resultante de la desnutrición, además de la falta de agua potable, suministros de limpieza y hacinamiento en tiendas de campaña, detalló.
El Ministerio de Salud del territorio afirmó días antes que más de 500 mil niños menores de cinco años están amenazados por epidemias en la Franja como resultado de la agresión israelí
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