La dirigente alegó que se encuentra bien pese a haber tenido que abandonar una conferencia de prensa este martes, luego de ser interrumpida por el líder neonazi Thomas Sewell, quien trató de acaparar la atención de los medios con afirmaciones falsas.
Una de ellas fue que los australianos no tienen derecho a protestar, sin embargo, le entregaron un micrófono, el domingo, en plena protesta antiinmigración en Melbourne y pudo dirigirse a una multitud de casi cinco mil personas desde las escaleras del Parlamento de Victoria.
Las autoridades locales han recibido llamados a investigar como crimen de odio un reciente ataque de manifestantes de extrema derecha al campamento de protesta de las Primeras Naciones Camp Sovereignty, en cuyos videos puede verse a Sewell con claridad.
Además, el hombre de 32 años de edad se enfrenta esta semana a un tribunal, acusado de intimidar a un oficial de policía y violar una orden de intervención al publicar material en línea sobre ese agente.
Según declaró Allan, sus pensamientos están con aquellos que fueron atacados por los nazis, incluidos las personas multiculturales, los Primeros Pueblos, la comunidad Lgtbtiqa+ (lesbianas, gais, personas trans, bisexuales, intersexuales y queer) y los judíos.
Previo a la interrupción de la conferencia de prensa, la funcionaria condenó la violencia ocurrida durante el fin de semana en las manifestaciones de Melbourne, capital del estado de Victoria.
“No hay absolutamente ningún lugar para eso”, aseveró y dijo que convocará al grupo de trabajo contra el odio para analizar tales incidentes, pero también para entender que esto va más allá de ser simplemente un problema de ley y orden.
A su criterio, un pequeño grupo de personas busca aprovechar las grietas de la sociedad actual para sembrar la división.
El Parlamento de Victoria debate en estos momentos cambios a las leyes de protesta, pero las propuestas se relacionan con detalles como el uso de cubrimientos faciales y no incluyen la eliminación del derecho a protestar.
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