En la exclusiva con TVE, tema de debate este martes en España, Sánchez anunció que le manifestó al presidente palestino, Mahmud Abbas, la disposición del país ibérico para organizar la conferencia de la ONU, que se iba a celebrar dentro de la Asamblea General, después de que Estados Unidos revocara su visado.

El jefe del Ejecutivo español, que en su momento condenó la revocación de visas a Abbas y a diplomáticos palestinos por EEUU, reiteró la solidaridad del Gobierno de España y el deseo de seguir adelante en favor de la iniciativa de dos Estados de Israel y Palestina, como solución duradera de paz en el Medio Oriente.

Subrayó que la decisión del presidente estadounidense Donald Trump, contraviene claramente el derecho internacional’, pero matizó que no tiene enfrentamiento con el inquilino de la Casa Blanca, si bien admitió disparidad en asuntos como el clima, inmigración o la guerra en Gaza. En el orden interno, su promesa de presentar nuevos presupuestos del estado próximamente, el impulso de pasos hacia un acuerdo nacional para enfrentar la emergencia climática y su crítica a determinados jueces, chocaron con las críticas del conservador Partido Popular (PP).

La entrevista fue descalificada por completo por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien adelanta una cruzada incisiva que busca desbancar a Sánchez del poder y obligarlo a convocar elecciones generales anticipadas.

Por un lado, el presidente del Gobierno parece hacer oídos sordos a la andanada de críticas del PP, enfocadas también en tramas de corrupción que salpican a los socialistas del PSOE. Sin embargo, la presión es cada vez más fuerte.

A juzgar por los comentarios de Feijóo y de sus lugartenientes en el PP, la línea es fustigar todo lo que provenga del PSOE y en particular de la administración de Sánchez en lo sucesivo.

El sueño de los populares de volver al Palacio de la Moncloa, que perdió en 2018 Mariano Rajoy por una moción de censura, apunta a no apoyar los presupuestos, tampoco un Pacto de Estado frente al cambio climático, y a no aceptar la condonación de la deuda de más de 80 mil millones de euros por las regiones en poder del PP.

De otro lado, las valoraciones de Sánchez acerca de que ‘hay jueces haciendo política’, si bien aclaró que la minoría, fue otro punto que sirvió para desbarrar de su figura por la oposición.

En medio de un panorama de permanente crispación política, la ultraderecha de Vox saca en apariencia los mayores réditos.

Días atrás, el líder de Vox, Santiago Abascal, opinó que el buque de la ONG humanitaria Open Arms, consagrada a prestar asistencia a inmigrantes, “debería ser hundida”, lo que concitó airadas críticas.

Calificado de fascista, además de negar la memoria histórica y el cambio climático, Abascal rebajó sus comentarios y señaló que “cuando menos debería usarse el barco de Open Arms para devolver a migrantes ilegales y después, hundirlo.

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